Nuevas prácticas administrativas en un contexto participativo.

La experiencia de Ámsterdam Oeste (Países Bajos)

Pierre Bauby, Mihaela Similie, 2014

El despliegue de la gobernanza participativa en la ciudad implica cambiar las estructuras administrativas, las prácticas de los agentes municipales y sus interacciones con los ciudadanos. El estudio de caso del distrito de Ámsterdam Oeste es un ejemplo de cómo se adaptó la estructura municipal para aumentar la proximidad de los equipos municipales a los habitantes de los barrios con el fin de permitir una mayor participación ciudadana. En lugar de centrarse en los procedimientos de participación, han privilegiado la creación de oportunidades de interacción entre los actores.

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Esta ficha se ha redactado a partir de la nota de Martien Kruitenbrouwer y Christophe Sente publicada por la Fundación Jean-Jaurès en 2014. .

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En los Países Bajos, a partir de los años 90, se desarrolló una tendencia a prestar más atención a las opiniones de los usuarios y consumidores. Los ciudadanos empezaron a participar a través de encuestas, referendos consultivos o mediante el desarrollo de formas de gobierno más interactivas1.

Un ejemplo particular es la ciudad de Ámsterdam, que ha introducido una estructura ("Gran Ámsterdam" y siete distritos - « Stadsdelen ») y métodos de gobierno que pretenden estar lo más cerca posible de las preocupaciones diarias de los habitantes. Esta evolución se ha producido desde las revueltas de los okupas de la década de 1980.

Un caso práctico en el distrito de Ámsterdam Oeste destaca por la originalidad de su modelo de democracia participativa y el papel desempeñado por los funcionarios públicos2. Desde 2010, la zona está gestionada por su propio gobierno local. Esta antigua zona industrial de la ciudad tiene dificultades sociales particulares (pobreza y exclusión lingüística, clases medias debilitadas) que motivaron la introducción de la democracia participativa. El objetivo era complementar el enfoque de planificación centralizada en las fases de definición y aplicación de las políticas locales con un enfoque participativo ascendente que desarrolle la capacitación de los habitantes. La participación ciudadana se dirige a todos los servicios públicos locales con un triple objetivo: «  dar a los ciudadanos el gusto de « vivir juntos » ; poner la sociabilidad al servicio del desarrollo de los servicios autogestionados ; limitar y racionalizar la intervención de los poderes públicos  »3.

El planteamiento fue el siguiente:

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l= Kruitenbrouwer M., y Sente C., 2014, p.3 - 4.

« El oeste de Ámsterdam se ha dividido en barrios y cada barrio está bajo la responsabilidad de un funcionario que pasa la mayor parte de su tiempo de trabajo en él. Está rodeado por un «  Buurtpraktijkteam ", un pequeño equipo de unas tres personas (un agente de policía, una persona con formación académica y otra especializada en servicios sociales).

Cuando se introdujo la reforma de los servicios públicos locales, estos funcionarios fueron literalmente sacados de sus oficinas y enviados al campo para entrar en contacto con la población. El método de contacto variaba según las características de las zonas, pero la mayoría de las veces consistía en tres acciones sucesivas

El siguiente paso fue instalar a los equipos locales en un edificio del barrio que fuera atípico para los estándares burocráticos; a menudo se utilizaba una antigua vivienda social o un antiguo centro juvenil. A continuación, los equipos persiguieron dos objetivos. La primera fue la organización de reuniones vecinales, cuyo orden del día se estructuró teniendo en cuenta la información recogida en la primera fase. La invitación a estas reuniones se hizo excepcionalmente en papel y preferentemente a través de contactos personales y del boca a boca. El segundo objetivo era orientar el debate colectivo de la agenda, para fomentar la creación de comunidades locales de ayuda mutua e intercambio de servicios.

La creación de estas comunidades fue acompañada por funcionarios sobre el terreno y, en caso necesario, por los servicios centrales como facilitadores. Los equipos de funcionarios locales también trataron de introducir mecanismos de presupuestación participativa en este proceso de empoderamiento: se invitó a los ciudadanos a establecer prioridades y a elegir dentro de las posibilidades financieras de que disponían.

El desarrollo de un primer proyecto centrado en los jóvenes del barrio (actividad deportiva ; ayuda mutua de las madres ; formación profesional) desencadenó a menudo el proceso participativo y los efectos indirectos.  »

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Conclusión

El grado de institucionalización y procedimentalización de las experiencias de participación en Ámsterdam Oeste es muy bajo y los mecanismos cooperativos son más importantes que los electivos.

La experiencia de Ámsterdam Oeste sirve de modelo para otras experiencias en ciudades de los Países Bajos y otros lugares.

1 CMRE/CRE, 2006, ¿Controlar, engatusar o cooperar? Central governments’ policy approaches towards local government on the issues of performance and cost-effectiveness, Bruselas, mayo de 2006, p. 18.

2 Basado en la nota de Martien Kruitenbrouwer y Christophe Sente publicada por la Fundación Jean-Jaurès en 2014.

3 Kruitenbrouwer M., y Sente C., 2014, Participatory democracy : the experience of Amsterdam West, Fondation Jean-Jaurès, Observatoire de l’innovation locale, Note n°27, 9 de octubre de 2014, p.3.

Références

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