Calanques de Marsella: rehabilitación y puesta en seguridad de un sitio contaminado

marzo 2025

Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)

Esta joya natural, muy apreciada por los excursionistas y bañistas, aún conserva las huellas de un siglo de actividad industrial. Los depósitos de escorias, residuos tóxicos procedentes del tratamiento de minerales de plomo y de la producción química, afloran en el suelo, a veces incluso en el agua. Este año se inicia una gran obra dirigida por la ADEME para rehabilitar estas zonas contaminadas y proteger a la población de los riesgos sanitarios. ¿De dónde viene esta contaminación?

La contaminación de las calas de Marsella tiene su origen en las actividades industriales de los siglos XIX y XX, en particular el tratamiento de minerales de plomo y la producción de sosa y ácido tartárico (utilizado principalmente como antioxidante). Estas industrias dejaron tras de sí numerosos depósitos de escorias, que se utilizaron como relleno para la construcción de carreteras y aparcamientos a lo largo del litoral. Estos residuos contienen altas concentraciones de metales pesados, como plomo y arsénico, que siguen representando hoy en día una amenaza para el medio ambiente y la salud pública, ya que las partículas tóxicas se dispersan con el viento o son arrastradas por las aguas de escorrentía hacia el mar. Sin embargo, ya en 2005, el Instituto Nacional de Vigilancia Sanitaria (INVS) había alertado sobre los riesgos de exposición para los residentes y los numerosos visitantes.

Una respuesta a la altura del problema

En 2012, ante esta situación, la ADEME recibió el encargo de poner en seguridad estas zonas críticas. El objetivo: reducir al máximo los traslados de contaminación y limitar la exposición de las personas. Los estudios iniciados en 2013 permitieron identificar y clasificar 20 emplazamientos prioritarios, situados entre Mont Rose y Callelongue, para un tratamiento adaptado a cada situación. Se están aplicando dos estrategias principales:

Un enfoque a medida y respetuoso con el entorno natural

La realización de las obras de confinamiento se ha estudiado cuidadosamente en colaboración con los actores locales y los servicios estatales (DREAL PACA, la dirección departamental de territorios y mar DDTM, ARS, Parque Nacional de las Calanques). Para garantizar una integración paisajística óptima, las opciones técnicas se han adaptado caso por caso, por ejemplo, utilizando grava calcárea (mezcla de arena y gravilla) para imitar los desprendimientos naturales o revistiendo las obras con muros tradicionales de piedra en las zonas más urbanizadas. Todas las soluciones elegidas (evacuación y/o confinamiento) permiten hoy en día conciliar de forma realista los retos sanitarios, de integración paisajística y de preservación de la biodiversidad (flora y reptiles, en particular).

¡Las obras comienzan este año!

Han sido necesarios diez años de estudios para diseñar una solución de gestión adaptada al excepcional contexto medioambiental en el que se encuentran los depósitos de escorias que hay que poner en seguridad (corazón de un parque nacional, espacio Natura 2000, lugar protegido, etc.). Las obras están a punto de comenzar. Se llevarán a cabo en dos fases de siete meses, de septiembre de 2025 a marzo de 2026 y de septiembre de 2026 a marzo de 2027. Este calendario tiene por objeto preservar al máximo las especies protegidas, teniendo en cuenta la afluencia turística de la zona.

Referencias