Libourne: remodelación del recinto escolar
Suelo permeable para más naturaleza
avril 2023
Cerema ha elaborado una serie de fichas tituladas «Resiliencia y terrenos escolares», en las que se presentan proyectos de reurbanización de terrenos escolares. Adaptados a cada contexto, estos proyectos comparten la preocupación por incorporar más naturaleza, diversificar los usos y mejorar las condiciones de vida, sobre todo en verano, para tener en cuenta el cambio climático en curso.
Aquí tenemos el proyecto desarrollado en Libourne para la reurbanización del patio de las escuelas primarias Sud, con la desecación de una parte del patio de 2100 m² y la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza.
En 2021, este proyecto obtuvo el premio «Enfoque participativo» de la Federación Francesa del Paisaje. La Mission Interministérielle pour la Qualité des Constructions Publiques (Misión Interministerial para la Calidad de las Construcciones Públicas) desea citar esta renovación del patio escolar en su futura guía nacional.
Un proyecto piloto de paisajismo que favorece la biodiversidad
Situación inicial: Un gran patio escolar «clásico» impermeabilizado en los suburbios
Libourne cuenta con 14 escuelas. La escuela primaria Sud está situada en una zona suburbana y cuenta con 9 clases para 169 alumnos. Los edificios datan de 1984. El patio de recreo se utiliza tradicionalmente para jugar al fútbol, a la rayuela y al tenis de mesa, lo que lo convierte en un lugar ruidoso. Su superficie está casi completamente sellada, y el agua de lluvia se gestiona a través del sistema de drenaje de aguas pluviales. Se han observado aguas estancadas tras fuertes tormentas en el punto más bajo del patio. Cuando hace mucho calor, el lugar es muy incómodo. Hay siete árboles en el patio, y sus tallos están asfixiados, por lo que no favorecen la infiltración de agua. En una zona situada en la parte trasera de los edificios, a la que no pueden acceder los niños sin ayuda del personal de atención extraescolar, se ha instalado un huerto y una zona florida muy pequeña con un gallinero.
Paisaje, entorno vital, calor, agua de lluvia y biodiversidad
La infiltración de las parcelas es un planteamiento desplegado por la ciudad en todo su territorio. En este caso, ha querido crear un proyecto piloto de paisajismo unido al deseo de dar sombra al patio. La superficie de asfalto negro alcanza temperaturas de hasta 65°C al sol. El proyecto pretende fomentar la gestión sostenible de las aguas pluviales, eliminando la necesidad de que las aguas de escorrentía entren en el sistema de alcantarillado combinado y promoviendo técnicas de gestión sostenible, al tiempo que aborda el problema del estancamiento en caso de fuertes lluvias.
Un proyecto interdisciplinar diseñado desde el principio por un gestor de proyectos
Se acabó el asfalto
Desde hace varios años, la ciudad ha eliminado la impermeabilización de sus espacios públicos. Como los terrenos de las escuelas están en gran parte cubiertos de asfalto, los departamentos de educación y medio ambiente de la ciudad han estado estudiando la forma de cambiar su trazado. El proyecto surgió a raíz de una petición de los responsables de las actividades extraescolares al alcalde para que se crearan espacios naturales arbolados. Posteriormente, la dimensión de la biodiversidad se puso de relieve durante el proceso de consulta para seleccionar al gestor del proyecto, con el deseo compartido de dar cabida a la flora y la fauna y tejer un vínculo con un proyecto educativo.
Gestión del proyecto desde la definición de las necesidades hasta el diseño
La ciudad ha confiado el diseño del proyecto y el apoyo previo a un equipo de gestión de proyectos externo. Se encargó a CLAP (Creative Landscape Process), un nuevo arquitecto paisajista con sede en la ciudad. El departamento de medio ambiente elaboró un pliego de condiciones en el que se esbozaban los objetivos y deseos del proyecto, que el equipo de gestión del proyecto transcribió en el pliego de condiciones. La empresa seleccionada supo captar muy bien la finalidad del proyecto. Un comité técnico reunió al departamento de espacios verdes y al equipo del proyecto.
Consulta esencial llevada a cabo en un corto periodo de tiempo
Apoyo del equipo de gestión del proyecto para una concepción concertada del proyecto
La ciudad también quiso implicar al equipo de gestión del proyecto en el proceso de consulta, escuchando y apoyando a los equipos de enseñanza y de atención extraescolar. Se consideró esencial trabajar sobre las ambiciones del proyecto con las principales partes interesadas para garantizar su compromiso desde la fase de diseño. El proyecto debía limitarse a un año y basarse en el calendario escolar, lo que dejaba poco tiempo para la consulta. El equipo del proyecto construyó una maqueta de la escuela. Móvil, desmontable y fácil de manejar, facilitó la comprensión y la construcción colectiva del proyecto con los profesores, el personal de atención extraescolar, los técnicos y los representantes elegidos. En particular, los profesores pudieron cambiar a su antojo la ubicación de las futuras plantaciones. Este apoyo permitió un intercambio muy concreto de deseos y necesidades. También participó el personal de mantenimiento de las zonas verdes, responsable de garantizar la sostenibilidad de las plantaciones. Aportaron su experiencia y sus conocimientos sobre las plantas más adecuadas para cada contexto. Sin embargo, por falta de tiempo, los alumnos no participaron en el proceso de consulta, pero en el caso de las demás escuelas, participarán desde la fase inicial de los proyectos de desarrollo.
Los árboles como hilo conductor
El equipo del proyecto, convencido de que éste encontraría su expresión en la plantación de árboles, hizo de ello su hilo conductor, una idea que convencía tanto a los representantes elegidos como a los servicios técnicos. Como motor y fuente de ideas, sugirieron ir más allá de la instalación de una simple pérgola y la plantación de una docena de árboles para dar sombra y realzar el paisaje, y propusieron la idea de plantar un «mini bosque». Se trataba también de crear nuevos espacios que contribuyeran a crear un ambiente diferente, tranquilizar a los alumnos y enriquecer el proyecto con su parte de biodiversidad. Todos contribuyeron al diagnóstico del patio de recreo, señalando el problema de las inundaciones en caso de fuertes lluvias, así como la falta de sombra. El proyecto fue tomando forma: retirar el asfalto y plantar árboles. El equipo de gestión del proyecto fue más allá de su papel de diseñador del espacio al proponer actividades educativas basadas en las arboledas: un calendario muestra las posibles aportaciones durante el año, la decoloración otoñal, la formación de humus, la observación de aves, etc.
Un patio escolar con diferentes zonas que se adaptan bien a las necesidades de los niños
Valoración positiva para todos
Los comentarios de los niños son muy positivos y están muy contentos con su nuevo patio de recreo, con sus diferentes zonas. Es su lugar, y lo respetan, barriendo las virutas de madera y las hojas que acaban en el camino de entrada. Los equipos de actividades extraescolares y de enseñanza han notado que los niños gritan menos; han notado que se tranquilizan, que juegan de diferentes maneras (sobre todo con la naturaleza), y que hay una mayor mezcla de niños con una distribución más equitativa del espacio, y han observado la formación de grupos por sectores. Los servicios municipales (educación, medio ambiente) no esperaban estos cambios. Están gratamente sorprendidos al ver que la reorganización del patio ha tenido un impacto real en los niños. Esta reacción positiva anima a la ciudad a proseguir las obras en las demás escuelas. Al principio, los padres estaban un poco preocupados por la suciedad, que podía ensuciar la ropa y los zapatos, y por las piedras, que podían utilizarse como proyectiles y herir a los niños. Hoy, los padres aprecian la nueva distribución.
Centrarse en el uso de algunas zonas e instalaciones
El fresco
La finalidad del fresco era «alegrar» el patio y reducir el calor del suelo. Aunque no utilizamos ningún equipo para medir la temperatura del suelo, la sensación era muy real: la parte pintada del suelo era más fresca al tacto. Sin embargo, los niños no juegan mucho porque los juegos son quizá demasiado complejos.
Ganivelles
Utilizadas para proteger los hoyos de plantación durante el primer año, mientras maduraba el sustrato, se cubrieron con fieltro para proteger a los niños, y luego se retiraron en enero de 2022.
La sala de lectura
A los niños les encanta pasar el tiempo aquí. Leer, descansar, charlar… sus usos son muy variados.
Los parterres
Se ha trabajado con el responsable de las actividades extraescolares para informar a los niños y concienciarlos de la necesidad de respetar estos espacios. Las ramas trituradas procedentes de la poda de árboles realizada durante la festividad de Todos los Santos se utilizan para los parterres.
Las franjas de árboles
Ayudan a recargar la capa freática, actúan como filtros a lo largo de las aulas, dan sombra en verano y dejan pasar la luz en invierno.
CLAVES DEL ÉXITO: el punto de vista del propietario del proyecto
La creación de nuevos espacios verdes requiere un mantenimiento que puede resultar costoso en términos operativos. Este parámetro se tuvo en cuenta en el diseño del proyecto. La remodelación de la escuela no significa más trabajo, sino un tipo de trabajo diferente. Hay que podar los árboles y barrer las hojas.
El apoyo de un jefe de proyecto capaz de presentar propuestas a los distintos agentes implicados en la creación de un proyecto común ha sido esencial. Y ésta fue una de las claves del éxito del proyecto: los usos se adaptaron a las necesidades de todos.
Una buena comprensión de los problemas por parte de la empresa encargada de las obras. Comprendió y a veces se anticipó a las expectativas del cliente. Por ejemplo, se implicó ofreciéndose a proporcionar a los niños los materiales que necesitaban para fabricar las cajas nido y los comederos.
El importante papel desempeñado por el equipo extraescolar a lo largo de todo el proyecto. Su contribución fue importante en varias fases del proyecto: en la fase inicial, al proponer la introducción de la naturaleza en el recinto escolar; durante el proyecto, al implicar a los alumnos en la fabricación de las cajas nido y los paneles informativos; y una vez finalizadas las obras, al realizar actividades educativas (educación, promoción de la biodiversidad).