Cambio climático: apostar por las mujeres emprendedoras africanas es una apuesta segura
Kate Gannon, Shaikh Eskander, junio 2025
Las mujeres africanas suelen considerarse especialmente vulnerables al cambio climático. Nuestras investigaciones anteriores sugieren que las mujeres empresarias suelen enfrentarse a «tres formas de riesgo adicional» frente a los riesgos climáticos en comparación con los hombres.
Para descargar: womens-climate_6-28-2.pdf (18 MiB)

En primer lugar, sus medios de subsistencia suelen depender de sectores sensibles al clima. En segundo lugar, se enfrentan a obstáculos adicionales para acceder a los recursos necesarios para la adaptación en el mundo empresarial, como la financiación, las nuevas tecnologías de adaptación y los mercados de bienes y servicios climáticamente inteligentes. Por último, también asumen la responsabilidad principal de la gestión de los riesgos climáticos a nivel doméstico.
Sin embargo, nuestro nuevo estudio también sugiere una realidad paralela, menos destacada. Las mujeres empresarias también podrían estar a la vanguardia de la acción en favor de la resiliencia climática en África.
En el marco del proyecto «Mujeres empresarias en la adaptación al cambio climático» (WECCA), estamos estudiando su papel estratégico en las medidas de adaptación más inclusivas. El emprendimiento femenino contribuye en gran medida al desarrollo económico de África.
De hecho, sus empresas aportan una contribución considerable a la actividad económica. Participan activamente en cadenas de valor esenciales, como la agricultura y la transformación de alimentos, lo que estimula los ingresos por exportaciones. Además, gracias a las cooperativas y las tontinas locales, facilitan el acceso a la financiación y a los mercados a otras personas de las regiones desfavorecidas.
Los estudios también sugieren que las mujeres son más propensas a utilizar sus beneficios para satisfacer las necesidades más básicas de sus hogares. Las pequeñas empresas son la columna vertebral de la mayoría de las economías africanas. Generan la mayor parte de las oportunidades de empleo y proporcionan bienes y servicios esenciales.
Sin embargo, estas empresas se encuentran en primera línea frente a los efectos del cambio climático. Las inundaciones, las sequías y las perturbaciones simultáneas de las redes eléctricas, de agua y de transporte amenazan las cadenas de suministro, perturban los mercados, interrumpen las actividades de subsistencia y causan daños materiales a las empresas. Estas deben adaptarse para sobrevivir.
Pero la forma en que se adaptan es importante. Puede reforzar su resiliencia a largo plazo o, por el contrario, agravar su vulnerabilidad. Los resultados de nuestro estudio sobre las pequeñas empresas en las regiones vulnerables al clima de Kenia y Senegal sugieren que las empresas dirigidas por mujeres adoptan un enfoque más sostenible en materia de adaptación que las dirigidas únicamente por hombres.
Esto refuerza su resiliencia a largo plazo. También hemos observado que las ayudas a la adaptación (como la financiación o la formación) tienen más impacto en las empresas dirigidas por mujeres que en las dirigidas por hombres.
Estos resultados muestran que apoyar a las mujeres emprendedoras no es solo una cuestión de igualdad. También es una estrategia eficaz para construir economías más resilientes al clima. Al invertir en un entorno empresarial más inclusivo, los gobiernos y los donantes pueden obtener mejores resultados a largo plazo.
Las mujeres empresarias como agentes estratégicos
Nuestro estudio analizó los datos de una encuesta realizada a pequeñas empresas en las regiones semiáridas de Senegal y Kenia. El objetivo era examinar cómo la presencia de mujeres propietarias y directivas influía en la adaptación de las empresas a los fenómenos extremos. Nuestra base de datos abarcaba las regiones senegalesas de Louga, Saint-Louis y Kaolack. En Kenia, abarcaba el condado de Laikipia.
Estas regiones se ven afectadas por sequías e inundaciones extremas que se prevé que se intensifiquen en las próximas décadas. El emprendimiento en estas regiones se concentra especialmente en los sectores agrícolas, que están muy expuestos a los efectos de estos fenómenos extremos. Estudiamos el impacto de la presencia de mujeres al frente de una empresa en el número de estrategias de adaptación sostenibles y no sostenibles adoptadas. De acuerdo con la bibliografía existente, clasificamos las estrategias de adaptación de la siguiente manera:
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«sostenibles» cuando permiten mantener las actividades comerciales en su nivel actual
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«no sostenibles» cuando ayudan a las empresas a «hacer frente» a corto plazo, pero provocan una reducción temporal (o a veces permanente) de la actividad comercial. Esto limita la capacidad de la empresa para hacer frente a futuros choques climáticos.
Nuestros resultados muestran que las empresas dirigidas o codirigidas por mujeres adoptan menos estrategias no sostenibles que las dirigidas únicamente por hombres. Las estrategias no sostenibles suelen ser respuestas de emergencia. Permiten limitar las pérdidas inmediatas, pero a costa de sacrificios. Por ejemplo, pueden consistir en vender equipos o despedir personal.
Estas decisiones tienen un coste. Debilitan la actividad de la empresa, frenan su crecimiento y reducen su capacidad para recuperarse tras otras crisis.
Por el contrario, las empresas dirigidas por mujeres adoptan con mayor frecuencia estrategias sostenibles, que protegen la viabilidad de la empresa a largo plazo. Entre estas medidas se encuentran:
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la diversificación de las fuentes de ingresos
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el cambio del tipo de cultivo agrícola
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el recurso a préstamos o seguros
Estas estrategias pueden contribuir a reducir la vulnerabilidad a los choques climáticos futuros y a mantener la estabilidad de los ingresos y la recuperación durante los periodos de estrés climático. Estos resultados son aún más notables si se tiene en cuenta que las mujeres se enfrentan a más obstáculos para adaptarse. Está bien documentado que las mujeres empresarias de África tienen más dificultades que los hombres para acceder a los recursos necesarios para la adaptación: financiación, formación, tecnologías, etc.
Las responsabilidades domésticas, a menudo asignadas a las mujeres, también limitan su tiempo disponible y su movilidad. Esto reduce su acceso a la formación o a los mercados. Las normas sociales también pueden limitar su poder de decisión, tanto en el hogar como en la empresa, y frenarles a la hora de realizar inversiones relacionadas con la adaptación.
En este contexto, la adopción de estrategias sostenibles por parte de las mujeres merece una atención especial. Algunas medidas, como el cambio cultural o la diversificación de los ingresos, pueden requerir menos dinero inicialmente que otras. Por el contrario, medidas como la venta de activos o la reducción de plantilla suponen que la empresa ya disponga de recursos importantes.
El hecho de que las mujeres adopten menos estrategias no sostenibles puede reflejar también una falta de medios: simplemente tienen menos activos que movilizar en caso de crisis.
Pero esto hace que los resultados sean aún más significativos. Las estrategias sostenibles siguen siendo muy eficaces. Nuestro estudio muestra que las mujeres empresarias suelen encontrar soluciones adecuadas y orientadas al futuro, incluso con pocos recursos. Por lo tanto, no solo son más vulnerables, sino que también son actrices estratégicas, portadoras de innovación en la adaptación al cambio climático.
Qué hay que hacer
Estos resultados ponen de relieve no solo los obstáculos a los que aún se enfrentan las mujeres empresarias, sino también su potencial, ampliamente subestimado, en materia de adaptación al cambio climático.
Nuestro estudio muestra que este potencial puede desarrollarse plenamente cuando se establece un apoyo adecuado. Cuando se dispone de ayudas para la adaptación, ya sean financieras o técnicas, las empresas dirigidas por mujeres no solo alcanzan a las dirigidas por hombres, sino que a menudo las superan. A menudo las superan.
Esto abre una verdadera oportunidad estratégica: invertir en la adaptación de las mujeres empresarias puede reportar importantes beneficios, no solo para sus empresas, sino también para sus comunidades y para la economía en general.
Estos resultados subrayan la importancia de que los gobiernos creen un entorno propicio para la adaptación de las empresas dirigidas por mujeres. Esto supone diseñar políticas, programas y ayudas específicas, capaces de colmar las desigualdades persistentes: acceso a una financiación adecuada, a las tecnologías o a los bienes y servicios relacionados con la adaptación.
También es necesario documentar mejor esta realidad. Nuestro estudio se basa en los mejores datos disponibles, pero a partir de una muestra limitada, centrada en algunas regiones de Senegal y Kenia. Por lo tanto, estos resultados no pueden generalizarse a toda África.
Para reforzar estas conclusiones, es urgente producir más datos de calidad, desglosados por género, sobre los comportamientos de adaptación de las pequeñas empresas.
Las encuestas sobre empresas del Banco Mundial podrían desempeñar un papel esencial, ya que constituyen una de las fuentes de datos más completas sobre las pequeñas y medianas empresas a escala mundial.
Referencias
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Kate Gannon Assistant Professor, London School of Economics and Political Science
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Shaikh Eskander Visiting Fellow at the Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment, London School of Economics and Political Science