METZ El Observatorio de la Vivienda y el Suelo: una buena herramienta para preservar los espacios verdes e identificar los lugares susceptibles de renaturalización

Dossier FNAU 64 (Federación Nacional de Agencias de Urbanismo)

Laurine Brasseur, junio 2025

Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)

En febrero de 2025, la Eurometrópoli de Metz presenta la sección Vivienda de su Observatorio de la Vivienda y el Suelo (OHF), un paso importante en la aplicación del Programa Local de Vivienda (PLH). Este dispositivo se inscribe plenamente en los objetivos de la ley de Clima y Resiliencia, que consagra la observación territorial como una palanca estratégica para planificar el futuro de los territorios, en particular con vistas al objetivo de artificialización neta cero (ZAN) del suelo.

Para descargar: fnau-64-renaturation-metz.pdf (340 KiB)

¿Por qué se ha creado un Observatorio del Hábitat y del Suelo en Val de Fensch?

Situada en el norte de Lorena, la Comunidad Urbana de Val de Fensch (CAVF) está compuesta por diez municipios que se extienden sobre 8600 hectáreas y agrupan a cerca de 70 000 habitantes. Con 823 habitantes por km², es la mancomunidad más densamente poblada de Mosela. Heredera de un importante patrimonio industrial y minero, se enfrenta hoy en día a importantes retos de reconversión, en un contexto de dinamismo local estimulado por su proximidad con Luxemburgo. La mancomunidad, dotada de un Programa Local de Vivienda (PLH) que entró en vigor a finales de 2020, ha creado el primer Observatorio de la Vivienda y el Suelo (OHF) en Mosela, en particular para responder al objetivo de artificialización neta cero (ZAN) del suelo. Dentro del tejido urbano, si bien los OHF identifican prioritariamente los terrenos disponibles para limitar el consumo de suelo (terrenos baldíos, viviendas vacías, sectores que deben densificarse, etc.), también deben permitir identificar los sectores que deben preservarse o renaturalizarse para lograr un equilibrio entre los espacios construidos y las zonas de respiro de carácter natural. La mancomunidad solicitó la ayuda de su agencia de urbanismo, Aguram, para realizar los análisis definidos en el artículo L302-1 del Código de Construcción y Vivienda, que prevé, en particular, un censo, dentro de los límites urbanos, de las superficies no impermeabilizadas (en particular, suelo sin cubrir) o ecológicamente urbanizables (suelo cubierto por un revestimiento permeable, tejados y muros vegetales, espacios verdes sobre losas, etc.) y de los espacios no edificados necesarios para mantener la continuidad ecológica. Este observatorio permite a los representantes electos disponer de datos fiables, actualizados y explotables a escala intermunicipal, que les sirven de guía en sus decisiones políticas en materia de ordenación del territorio. La preservación de las superficies permeables es indispensable para adaptar los espacios urbanos a los efectos del cambio climático. Estos espacios permiten mejorar la gestión de las aguas pluviales, tanto cuantitativa como cualitativamente, preservar la biodiversidad, crear islas de frescor y mejorar la salud y el entorno de vida de los habitantes.

un método reproducible adaptado a los retos del territorio

Un análisis en tres etapas

Identificación y categorización de las superficies permeables e impermeables no edificadas

La identificación de las superficies permeables e impermeables no edificadas se ha realizado a partir de los datos OCS GE2 (ocupación del suelo a gran escala del Gran Este) producidos por DataGrandEst. Se trata de una fotointerpretación muy precisa de la ocupación del suelo. Los datos se componen de cuatro niveles encajados, en los que el nivel define la precisión de la descripción del medio. El primer nivel permite disociar cinco grandes ocupaciones del suelo (territorios artificializados, territorios agrícolas, espacios forestales y seminaturales, humedales y superficies acuáticas), que se refinan entre los niveles 2 y 4. Por último, un quinto nivel identifica, para los territorios artificializados, el carácter permeable o no del suelo. El Aguram ha realizado un cruce entre los niveles 4 y 5 de OCS GE2 para crear una nueva categorización de la ocupación del suelo a partir de un análisis de una muestra de polígonos para cada medio del nivel 4 presente en el territorio. Esta nueva ocupación del suelo permite categorizar con precisión las superficies permeables e impermeables no edificadas y responder a las necesidades del observatorio: por ejemplo, se han censado cerca de 1350 hectáreas de superficies permeables dentro de los límites urbanos de la CAVF, de las cuales casi la mitad son jardines privados.

Identificación de las superficies necesarias para mantener la continuidad ecológica y prevenir riesgos

Las superficies permeables, identificadas en la etapa anterior, se han cruzado con diferentes datos relativos a los retos de la biodiversidad (espacios boscosos clasificados, prados calcáreos, ZNIEFF, etc.) y a los riesgos y peligros naturales (inundaciones, movimientos de terreno, contracción-expansión de suelos arcillosos) y mineros presentes en el territorio. Se ha creado una puntuación para identificar las superficies permeables que concentran más retos y que, por lo tanto, es necesario preservar de forma prioritaria. Sin embargo, algunas superficies que solo se solapan con un único reto se han clasificado como «a preservar»: es el caso, en particular, de las superficies permeables situadas en la zona roja no edificable de los PPR o de los espacios boscosos clasificados. Este análisis permitió, en particular, replantearse la presencia de ciertas zonas vacías, identificadas en el marco del apartado sobre el suelo, que concentraban varios retos medioambientales: por ejemplo, se identificaron 157 hectáreas de espacios permeables necesarios para mantener la continuidad ecológica y/o prevenir riesgos dentro de los límites urbanos de la CAVF (es decir, el 11 % de las superficies permeables).

Identificación de los espacios que pueden ser objeto de proyectos de renaturalización

A continuación, se caracterizaron con mayor precisión algunos espacios para responder al deseo de la mancomunidad de tener una visión de los espacios potenciales de renaturalización en su territorio. Dado que la nomenclatura ZAN no se aplicará hasta 2031, la renaturalización se entiende aquí como la (re)creación de espacios naturales en la ciudad mejorando sus funcionalidades ecológicas (desimpermeabilización de los suelos, vegetación, creación de zanjas, gestión diferenciada de los espacios verdes, etc.).

Los espacios verdes representan aproximadamente el 28 % de la superficie urbana del territorio. Se han clasificado en función de la cobertura arbórea: espacio verde sin árboles/con pocos árboles/con árboles. Esta categorización permite identificar tanto las islas de frescor que deben preservarse, como complemento de los núcleos de islas ya identificados en el apartado de suelo, como los espacios verdes en los que se puede reforzar y diversificar la vegetación. Los espacios impermeables no edificados (excluidas las redes viarias y ferroviarias) representan aproximadamente el 13 % de la superficie de los límites urbanos y constituyen un importante potencial de desimpermeabilización y vegetalización. Se han especificado algunos de estos espacios para distinguir los patios de los colegios, los aparcamientos y los espacios de almacenamiento, las plazas o incluso los terrenos deportivos, que pueden desimpermeabilizarse y vegetalizarse o, en algunos casos, densificarse, para evitar impermeabilizar superficies permeables. Los espacios impermeables no edificados que se solapan con un riesgo elevado de inundación o de contracción-expansión de las arcillas han sido identificados para ser desimpermeabilizados y vegetalizados de forma prioritaria, dando prioridad a la infiltración difusa. Los espacios impermeables dentro de los patios de los colegios también se han identificado para ser renaturalizados de forma prioritaria, incluso en ausencia de riesgos para la biodiversidad o riesgos naturales, con el fin de mejorar el confort de los niños. Por su parte, se ha decidido preservar los espacios verdes de los patios escolares. Se han identificado 35 hectáreas de espacios verdes cuya vegetación podría reforzarse y 258 hectáreas de espacios impermeables no edificados que podrían desimpermeabilizarse/vegetizarse dentro de los límites urbanos de la CAVF.

La fotointerpretación, ventajas y limitaciones

El censo de las superficies permeables necesarias para mantener la continuidad ecológica constituye una herramienta de ayuda a la toma de decisiones para los representantes electos, pero es importante señalar que se ha realizado mediante fotointerpretación y que algunos tratamientos se han llevado a cabo de forma automática. Por ejemplo, en el marco de la identificación de las «superficies a densificar», se han descartado sistemáticamente los espacios verdes con gran cantidad de árboles. Por el contrario, un espacio verde con pocos árboles, no afectado por los retos medioambientales analizados, ha podido identificarse como espacio susceptible de ser densificado. Por lo tanto, el análisis geomático tiene sus limitaciones y debe tomarse con precaución, ya que, si bien la cubierta vegetal es importante para la adaptación de los espacios urbanos al cambio climático y al entorno de vida de los habitantes, no puede, por sí sola, determinar el interés ecológico de un espacio. De hecho, algunos espacios verdes con mucha vegetación arbórea, pero compuestos por una sola especie y/o un solo estrato, a veces tienen menos interés ecológico que los espacios verdes donde la cubierta arbórea es menos importante, pero donde las especies y los estratos son más diversos. El potencial identificado para reforzar la vegetación tampoco tiene en cuenta ciertas limitaciones técnicas, como la presencia de redes subterráneas o la contaminación del suelo, que pueden frenar la plantación de árboles. El método establecido en el marco del Observatorio del Hábitat y el Suelo del Val de Fensch se ha diseñado de manera que pueda reproducirse en otros territorios. A continuación, los análisis deben adaptarse caso por caso, en particular en función de los retos medioambientales propios de cada territorio. El recuento de las superficies permeables necesarias para mantener la continuidad ecológica constituye un elemento básico de esta herramienta de ayuda a la toma de decisiones para los representantes electos. Dado que el método utilizado se basa en la fotointerpretación, debe ir acompañado de una pericia técnica sobre el terreno, garantía esencial para la fiabilidad de los proyectos. La consideración de los retos medioambientales dentro de los límites urbanos es esencial para la aplicación de la trayectoria de sobriedad territorial. Dado que la densificación suele ser mal percibida por los habitantes, el aporte de conocimientos sobre el tejido urbano constituye una ventaja para demostrar que no todos los espacios situados dentro de las ciudades y pueblos están destinados a ser urbanizados y que se busca un equilibrio.

Referencias