La periurbanización no es el sprawl

Eric Charmes, octubre 2015

¿La periurbanización es sinónimo de expansión? Este capítulo brinda elementos de respuesta a esa pregunta. Las fichas aquí reunidas explican que la periurbanización no se forma tanto desde la prolongación inmediata de las zonas urbanas como desde la urbanización de las comunas rurales. Se va instaurando para afrontar una demanda de viviendas caracterizada por la búsqueda de espacios que ofrezcan una calidad de vida diferente a la de los espacios urbanos (espacios verdes, ambiente campestre y/o de pueblo); a su vez, trae un aire de renovación para los municipios rurales cercanos a los centros urbanos. El resultado es, en consecuencia, un tejido urbanizado disperso, favorecido por la estructura administrativa francesa y la descentralización, que otorga a los numerosos municipios la libertad de definir sus políticas de urbanización. Inspirándose del modelo desarrollado por Thierry Vilmin (2006) para explicar la urbanización de viviendas unifamiliares, el autor destaca que la periurbanización no es un proceso lineal que sigue una progresión inexorable. Por el contrario, pasa por fases de estancamiento (control de la urbanización) y de aceleración (apertura a la urbanización), en función de los ciclos demográficos y económicos de los municipios y del área urbana, así como también de las reivindicaciones de las poblaciones locales y de los recién llegados, tal como lo ilustra el caso de Châteaufort (Ile-de-France).

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