La ciudad difusa

Eric Charmes, octubre 2015

En Italia, el concepto de « ciudad difusa » entró en el debate tras la publicación en 1990 de un libro titulado La Città Diffusa, editado por Francesco Indovina. Este concepto se difundió después en Francia, especialmente a través de Bernardo Secchi (2002). Este último desempeñó un papel importante en los intercambios entre urbanistas franceses e italianos sobre las cuestiones que plantea la periurbanización. Para Bernardo Secchi, « una ciudad difusa y dispersa será el icono del siglo XXI ( la ville diffuse, dispersée, sera l’icône du XXIe siècle) ". Recientemente ha definido este concepto de la siguiente manera: « El ejemplo típico es la región que rodea a Bruselas, en el sentido más amplio. Esta amplia zona urbana está muy dispersa e incluye varias ciudades importantes como Ámsterdam, Amberes y La Haya. Otro ejemplo es la región italiana del Véneto, una especie de inmensa zona habitada sin un centro dominante. La ciudad difusa va de la mano de un modo de vida, el de la vivienda unifamiliar con un pequeño jardín. Creo que es un rasgo cultural del siglo XXI. Esta « ideología » se ha hecho muy fuerte en Europa. Lo veo cuando la gente me dice, como algo natural, que se va a casar, a tener hijos y, por lo tanto, a mudarse al campo.

Por lo tanto, la ciudad difusa está formada principalmente por casas individuales. Aunque esta caracterización es obviamente importante, no explica la originalidad o especificidad del concepto. Un segundo elemento constitutivo de la ciudad difusa es la fuerte presencia del campo. A diferencia de las extensiones urbanas en forma de suburbios, donde el campo desaparece gradualmente a medida que la ciudad se expande, la ciudad difusa se extiende hacia el campo sin que éste desaparezca. En la ciudad difusa, el campo y la urbanización se entremezclan, constituyendo lo que Bernardo Secchi ha llamado una « piel de leopardo ».

El tercer elemento de la ciudad difusa es la ausencia de un centro dominante. A diferencia del concepto de periurbano, que hace hincapié en la dependencia de un centro, con el concepto de ciudad difusa esta dependencia se considera secundaria, en la medida en que no sólo se difunde la vivienda en el campo, sino también las empresas, los servicios, los equipamientos, etc. Así, la ciudad difusa es un campo salpicado de polaridades de distinta importancia, sin una clara jerarquía entre ellas, como si el territorio fuera isotrópico.

Finalmente, y esta es la última característica de la ciudad difusa, se forma sin ninguna intervención de los planificadores. La ciudad difusa es el resultado de la suma de iniciativas individuales, como las de las familias mencionadas por Bernardo Secchi que, una tras otra, deciden instalarse en el campo y, a menudo, también montar un negocio allí.

Como muchos otros conceptos, el de ciudad difusa nació de la observación de una nueva realidad. Bernardo Secchi pasó la mayor parte de su carrera en Venecia y desarrolló su pensamiento observando el Véneto. No cabe duda de que este territorio tiene unas características particulares que el concepto de ciudad difusa permite expresar especialmente bien. Si, en la cita anterior, Bernardo Secchi destaca también el caso de Bruselas, es porque la región de Bruselas ha sido objeto de una investigación en profundidad por parte de Bénédicte Grosjean (2010) en la que se demuestra que el concepto de ciudad difusa permite dar cuenta de las particularidades de la urbanización en el Brabante belga (Grosjean, 2010).

Este caso muestra también hasta qué punto sería simplista asociar demasiado la ciudad difusa y la movilidad automovilística. En el Brabante belga, la ciudad difusa nació con un servicio ferroviario. La red ferroviaria formaba una malla muy fina, con el desarrollo a finales del siglo XIX y principios del XX de una red de carreteras secundarias que enlazaban directamente muchos pueblos rurales y pequeñas ciudades. Sobre esta base, las viviendas y los puestos de trabajo se repartieron en un vasto territorio. Desde este punto de vista, los trabajos sobre la ciudad difusa tienen una profundidad histórica que no tienen los de la ciudad emergente o los de la zwischenstadt.

Referencias

INDOVINA Francesco (Ed.), 1990, La Città diffusa, DAEST-IUAV, Venecia

GROSJEAN Bénédicte, 2010, Urbanisation sans urbanisme. Una historia de la « ciudad difusa », Mardaga

SECCHI Bernardo, 2002,  La emergencia de la ciudad difusa, Diagonal n° 156, p. 10-12