Paisaje y turbinas eólicas

Dimensiones del paisaje - Reflexiones y propuestas para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje

Emmanuel Contesse, abril 2017

El Convenio Europeo del Paisaje del Consejo de Europa (STE nº 176) es un tratado internacional innovador que permite definir un enfoque del territorio que tiene en cuenta la dimensión paisajística, es decir, la calidad del entorno vital de los individuos y las sociedades. Además, inscribe esta dimensión en la preocupación de la Organización por los derechos humanos y la democracia, invitando a sus Estados miembros a implicar estrechamente a las personas en todas las fases de las políticas de paisaje. El Consejo de Europa ha continuado la labor iniciada cuando el convenio fue adoptado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa en Estrasburgo y abierto a la firma en Florencia en 2000, con el fin de examinar e ilustrar ciertos temas relacionados con el texto del convenio, ciertas « dimensiones del paisaje ».

El objetivo de este informe es proporcionar a los Estados miembros del Consejo de Europa una base para el desarrollo de la energía eólica que integre los componentes del paisaje.

INTRODUCCIÓN

Los aerogeneradores, como objeto singular, suelen ser percibidos positivamente tanto por los observadores locales como por los visitantes. La evaluación de los parques eólicos es más matizada. Es más difícil evaluar si el paisaje en el que se ubican los parques eólicos mejora o disminuye. Los aerogeneradores no se esconden. El gran tamaño de los aerogeneradores, combinado con las grandes superficies necesarias para su construcción, los hacen especialmente visibles en el paisaje. Dado que el principio de integración paisajística no es aplicable, o lo es con dificultad, a la ordenación del territorio para los aerogeneradores, la premisa básica de este informe es integrar los aerogeneradores en el paisaje, teniendo en cuenta las especificidades del paisaje anfitrión. Los aerogeneradores pueden convertirse así en una herramienta de planificación paisajística que mejore o preserve una zona. Por tanto, la instalación de aerogeneradores debe ser objeto de un proyecto paisajístico al igual que cualquier otro tipo de infraestructura. También es importante llevar a cabo reflexiones sobre el paisaje para las turbinas eólicas marinas. Las zonas marinas costeras deben considerarse como un paisaje al igual que el continente. Este enfoque del proyecto tiene en cuenta todos los elementos, grandes o pequeños, excepcionales u ordinarios, naturales o artificiales. En última instancia, puede determinar la capacidad o la incapacidad de absorción o de transformación garantizando la coherencia del paisaje y, por tanto, una percepción positiva por parte de la población y de los visitantes. Según el Convenio Europeo del Paisaje, el paisaje es el resultado de la acción del hombre sobre su entorno. Por lo tanto, las recomendaciones de este informe no pretenden proteger los paisajes « valiosos » de las turbinas eólicas, sino definir un método de gestión de los paisajes con turbinas eólicas, transformando el paisaje de forma coherente y conservando sus elementos importantes. El presente informe expone los principales aspectos teóricos generales que se aplican a todos los paisajes, con criterios y análisis detallados que varían de una zona a otra.

Contexto y problemas

Las fuentes de energía renovables, entre las que se encuentra la energía eólica, se consideran esenciales para la futura autonomía energética. Como nuevo componente del paisaje, los aerogeneradores y su « integración paisajística » son objeto de numerosos debates. Al mismo tiempo, la presión sobre el paisaje también aumenta y los conflictos de intereses son recurrentes. El desarrollo exponencial de la energía eólica supone un reto paisajístico adicional para los Estados miembros. Dadas sus grandes dimensiones y los problemas asociados al transporte de energía, el ruido y la sombra, entre otros, los aerogeneradores son una cuestión especialmente difícil de gestionar en la ordenación del territorio.

Acérquese a

Este informe resume las principales cuestiones relacionadas con el desarrollo de los parques eólicos y los posibles enfoques para garantizar una buena integración paisajística en el sentido del Convenio Europeo del Paisaje. No pretende ser exhaustivo ni ofrecer un enfoque detallado de la planificación de los parques eólicos en cada Estado miembro. En efecto, las características paisajísticas, culturales y políticas específicas de cada territorio y su aprehensión son muy diferentes de un Estado a otro. La primera parte define el enfoque general de la planificación del paisaje para la energía eólica y las diferentes fases importantes del proyecto. La segunda parte trata de los principios paisajísticos que hay que tener en cuenta en cualquier proyecto de energía eólica. Estos son todos los aspectos generales que son cruciales para el éxito de la inserción o exclusión de los aerogeneradores en un paisaje según sus características específicas. Estos dos apartados se aplican tanto a un proyecto de parque eólico único como a un plan director de ámbito regional con varios parques eólicos potenciales. Los planteamientos de ordenación del territorio y los principios paisajísticos desarrollados en este documento también son válidos para los parques eólicos en zonas costeras y en alta mar. Estas zonas deben ser consideradas de la misma manera que el resto del país y deben desarrollarse estrategias para garantizar que no se pierdan las valiosas vistas desde y hacia la costa. El objetivo del informe es :

1. PLANIFICACIÓN DEL USO DEL SUELO

1.1 La necesidad de la ordenación del territorio

El crecimiento económico y las crecientes necesidades que genera implican una continua y rápida transformación del territorio y, en consecuencia, del paisaje. Si este desarrollo no se planifica y controla, la legibilidad del paisaje puede resultar potencialmente más compleja. La identificación con el paisaje por parte de la población puede, en consecuencia, desaparecer e implicar una banalización del paisaje. En consecuencia, los poderes públicos han creado instrumentos de ordenación del territorio que les permiten influir en el desarrollo territorial. Uno de los retos de la ordenación del territorio es mantener o recuperar la coherencia paisajística de los territorios, ya sean « bellos », específicos y raros o, por el contrario, comunes y cotidianos. Los aerogeneradores, al igual que otras infraestructuras (carreteras, industrias, viviendas, etc.), deben integrarse en el proceso de ordenación del territorio. Esto no sólo significa considerar los aerogeneradores per se, sino también toda la infraestructura auxiliar necesaria (líneas eléctricas, carreteras, etc.).

1.2 Integración de los aerogeneradores en la ordenación del territorio

En este apartado se exponen los principios generales que deben tenerse en cuenta a la hora de integrar los aerogeneradores en la ordenación del territorio. Los elementos específicos relacionados con el paisaje (análisis del paisaje, criterios, selección, exclusión, etc.) se definen en la siguiente sección. La planificación de la energía eólica suele hacerse en un plan sectorial, que se integrará en un plan global. El plan de energía eólica debe coordinarse con los organismos administrativos de las zonas vecinas. En cualquier caso, la planificación de las instalaciones de energía eólica debe realizarse al más alto nivel administrativo del Estado en cuestión. Además, la coordinación con otros planes sectoriales (turismo, vivienda, industria, etc.) es importante para evitar conflictos en la planificación y concentrar de la mejor manera las diferentes infraestructuras del territorio. En resumen, es necesario :

2. ENFOQUE DEL PROYECTO PARA LA INTEGRACIÓN DEL PAISAJE

El proyecto paisajístico para la inserción de aerogeneradores no debe realizarse de forma independiente. Forma parte de un conjunto de estudios paralelos o preliminares que deben realizarse para lograr una ordenación territorial coherente. En resumen, una buena planificación consiste en :

Todos estos estudios sectoriales deben formar parte de un proceso iterativo con una coordinación continua. El proyecto paisajístico entra en juego sobre todo después de la fase de planificación negativa. De este modo, el proyecto será lo más coherente posible, evitando frecuentes ajustes del mismo y, por consiguiente, un continuo replanteamiento de su concepto.

2.1. Definición del perímetro

Los aerogeneradores pueden alcanzar fácilmente una altura total de 140 m o más (180 m para los últimos modelos), y son visibles a más de 10 km en días nublados, y a distancias mucho mayores en días claros. Con su tamaño, forman elementos notables e imponentes que sobresalen de las proporciones clásicas del paisaje. A modo de comparación, la catedral de Estrasburgo tiene 142 m de altura. Por lo tanto, en el caso de un parque eólico o de un plan maestro, el área de análisis debe extenderse mucho más allá de la zona de emplazamiento prevista. Lo ideal sería considerar toda la zona de visibilidad de los aerogeneradores. En la zona de estudio ampliada, deben tenerse en cuenta las cuestiones de covisibilidad con otros parques eólicos. En las zonas de estudio cercanas a 5-10 km, según el tamaño y el número de máquinas previstas, las cuestiones de escala y proporción desempeñarán un papel importante. Dentro de las áreas de estudio cercanas, deben considerarse todos los principios del paisaje. Debe preverse la colaboración con las regiones vecinas de la zona de planificación para mejorar la coherencia del proyecto paisajístico y su aceptación por parte de la población local.

2.2. Evaluación de los aspectos no paisajísticos

En el caso de la ordenación del paisaje, los demás aspectos (potencial eólico, acceso, transporte de energía, protección de las especies) deben tratarse de la mejor manera posible para anticiparse a los problemas y, si es necesario, abandonar o adaptar el lugar o las áreas de planificación estratégica. En el caso de la planificación maestra dirigida por la comunidad, estos análisis previos son más difíciles de realizar debido a los costes que conllevan. El desarrollo de la cooperación con los diferentes agentes implicados en la energía eólica permite encontrar mecanismos de financiación.

2.3. Aspectos técnicos

Además de los potenciales eólicos, hay que conocer las posibilidades de transporte y acceso a la energía. Sobre esta base se puede hacer una clasificación sectorial. Determina las zonas que deben conservarse, excluirse o para las que se requiere una coordinación adicional. En cuanto a la protección contra el ruido y las sombras, los conocimientos científicos aún no son lo suficientemente sólidos. Ya se han detectado casos de problemas de ruido tras la construcción de aerogeneradores. Por lo tanto, deben establecerse zonas de amortiguación suficientemente amplias alrededor de las zonas residenciales. De este modo, se pueden evitar problemas de restricciones de funcionamiento que provoquen pérdidas económicas más adelante.

2.4. Especies y biotopos

La protección de las especies y los biotopos debería tratarse en una fase temprana de la planificación del paisaje. Durante los estudios preliminares, debe realizarse un análisis exhaustivo de los datos básicos existentes y determinarse una estrategia de preservación de los espacios naturales, las zonas protegidas y las especies. Esto incluye las zonas protegidas por decretos o leyes (por ejemplo, las zonas Natura 2000). Para todos estos ámbitos diferentes, es importante definir una estrategia general a nivel regional o nacional y atenerse a ella. Es importante determinar si los objetivos de protección de estas zonas son compatibles con el emplazamiento de los aerogeneradores o con el desarrollo futuro de los paisajes. Sin embargo, es preferible excluir las zonas clasificadas y/o protegidas para limitar los conflictos y las dificultades de planificación (estudios específicos, etc.). Los quirópteros y la avifauna son dos grupos de especies especialmente afectados por las turbinas eólicas. Un emplazamiento de turbina eólica mal ubicado (corredores migratorios, zonas de caza o lugares de enjambrazón para los murciélagos) puede tener un impacto significativo en las poblaciones de estas especies. Los expertos de estos grupos de fauna son capaces de hacer análisis previos de una zona y dar una evaluación de los riesgos. No generan costes elevados en comparación con los que pueden derivarse del desconocimiento de los problemas. El Centro Suizo de Coordinación para el Estudio y la Protección de los Murciélagos (CCS) ha desarrollado un método para evaluar los emplazamientos de los parques eólicos con una clasificación de riesgo de cinco niveles. También se proponen estudios similares para la avifauna.

2.5. Lectura del paisaje: estado inicial

Un estudio para la inserción de aerogeneradores en el paisaje debe considerarse como un proyecto paisajístico de futuro. El análisis preliminar y la comprensión de la zona es una parte integral del proyecto. Esta fase no debe minimizarse. Permite al planificador desarrollar su objetividad en el diagnóstico del paisaje. El trabajo de análisis del paisaje debe realizarse de forma iterativa con la fase de proyección. De este modo, las ideas del proyecto pueden confrontarse con la realidad sobre el terreno, y luego adaptarse en función de la profundización de los conocimientos sobre el terreno. La comprensión del paisaje existente, su historia, sus características sociales y su evolución son elementos fundamentales gracias a los cuales el proyecto tomará forma de manera coherente y podrá inscribirse en la continuidad. No se trata sólo de conservar a toda costa, sino también de un desarrollo controlado en las zonas adecuadas en función de las características clave del paisaje. Estos pueden ser identificados a través del análisis del sitio.

2.6. Morfología

En el caso de un proyecto de energía eólica, debe prestarse especial atención a la morfología del paisaje. Se trata de observar y comprender la secuencia de los movimientos topográficos, su regularidad o irregularidad, la distancia de los horizontes, las relaciones de proporciones entre los componentes del paisaje (por ejemplo, la altura de una colina en relación con otras estructuras del paisaje). Deben delimitarse las unidades de paisaje y sus relaciones entre sí (zonas de transición y de ruptura). La comprensión de la morfología es la base de un proyecto de paisaje e influirá en los aspectos subjetivos de los aspectos culturales del paisaje y su percepción.

2.7. Patrimonio paisajístico

El patrimonio paisajístico no sólo consiste en espacios excepcionales. Como resultado de la acción humana, todos los paisajes tienen un valor testimonial específico. Este valor puede ser más o menos difícil de identificar según sea excepcional u ordinario. Todos los elementos que forman la identidad de un paisaje deben ser identificados mediante la investigación de documentos históricos y el conocimiento de la población local. La estructura del terreno, las formas de cultivo, la estructura de los edificios son algunos de los elementos a tener en cuenta. Debe prestarse especial atención a los espacios y lugares emblemáticos reconocidos. Estos no deberían perder su importancia por la instalación de aerogeneradores. Por lo tanto, es conveniente excluir las zonas o lugares emblemáticos.

2.8. Aspectos socioculturales

El paisaje en el sentido de « postal » está ligado a la experiencia y al contexto social del observador. En general, la percepción de lo « bello » y lo « banal » es similar para la mayoría de los habitantes de una región. Hay que identificar y comprender estas constantes de la percepción del paisaje para orientar el proyecto paisajístico de manera que pueda ser comprendido y asimilado por una gran parte de la población local. El objetivo no es preguntar a la población si los aerogeneradores pueden integrarse o no. Hay que identificar los factores o componentes clave que conforman su percepción de los elementos « bellos » o « comunes » y desarrollar un plan de integración en consecuencia.

2.9 Identificación de problemas y objetivos

A partir de los diferentes datos de la fase de análisis, se pueden identificar las cuestiones relacionadas con el paisaje y otros elementos de planificación. Es también durante esta fase, que debe ser continua desde el inicio del proyecto, cuando se identifican y coordinan las interrelaciones entre el paisaje y los demás aspectos de la planificación. Todos los elementos, por insignificantes que sean, deben ser identificados. Sólo en una fase posterior de análisis transversal de los factores y de ponderación de los intereses se seleccionarán los temas a tratar. Durante esta fase de evaluación, habrá que determinar unos objetivos claros que serán validados por un máximo de socios. Los objetivos establecen la estrategia paisajística y priorizan los problemas identificados. La voluntad de conservación (zonas de exclusión), transformación o adición se definirá y justificará para cada sector o factor paisajístico.

2.10. Elaboración del esquema de inserción paisajística

El proyecto paisajístico puede basarse en dos tipos de enfoque: la definición de criterios paisajísticos para la selección o exclusión de emplazamientos; o la elaboración de un dibujo del nuevo paisaje con aerogeneradores justificado por textos explicativos. El primer enfoque consiste en definir los criterios paisajísticos a partir del análisis del paisaje y de los objetivos fijados tras la identificación de los problemas. La aplicación de estos criterios permite entonces excluir o conservar los lugares desde el punto de vista del paisaje. Los criterios deben ser lo más pragmáticos y comprensibles posible. Antes de aplicar estos criterios, es aconsejable que sean validados por el mayor número posible de interesados. La consulta reduce la parte subjetiva del enfoque paisajístico porque los criterios están validados y se entienden. El enfoque del dibujo es más conceptual. El éxito de este enfoque depende de una buena justificación y de ilustraciones gráficas de calidad. A pesar de ello, la parte subjetiva es más difícil de limitar. La solución ideal es utilizar ambos métodos simultáneamente. El enfoque conceptual define el esquema general del parque eólico o de los emplazamientos en una región, y los criterios paisajísticos regulan los detalles de los factores concretos. Dos ejemplos de criterios típicos son la definición de zonas de amortiguación en torno a las áreas que se van a preservar o el establecimiento de normas proporcionales que deben respetarse desde los puntos de vista.

2.11. Comunicación del proyecto

Lo ideal es que la comunicación del proyecto tenga lugar durante todas las fases del proceso de planificación. La consulta durante la fase de análisis del paisaje y de definición del problema es tan importante como el proyecto final. Como ya se ha dicho, el análisis del paisaje es parte integrante del proyecto paisajístico y le da una orientación clara. La inclusión de representantes de la región o de diversos grupos de interés durante la fase de análisis y durante todas las fases posteriores del proyecto dará mayor credibilidad al documento final. Otros aspectos de la ordenación del territorio (protección de especies, ruido, etc.) también deben integrarse en la estrategia de comunicación. La estrategia de comunicación no debe centrarse en el paisaje, sino presentar el concepto global. Todos los demás aspectos son igualmente importantes y tendrán un efecto considerable en la percepción del medio ambiente por parte de la población afectada por las turbinas eólicas. Las tecnologías actuales ofrecen diversas posibilidades de comunicación visual (modelado en 3D, fotomontajes, películas, etc.). Estas herramientas deben utilizarse, pero no deben ser el único medio para comunicar un proyecto o una planificación. La elección de un punto de vista para un fotomontaje, por ejemplo, tiene un elemento subjetivo. Por lo tanto, al utilizar las herramientas visuales, es importante seleccionar muchos puntos de vista, incluso desde zonas ordinarias, para lograr una cierta exhaustividad en lo que respecta a las futuras zonas de visibilidad de las turbinas eólicas. La elaboración de rastreos de visibilidad basados en un modelo digital del terreno (MDT) -una cuadrícula digital tridimensional de un área- es esencial. Estos rásteres se utilizan para identificar todas las zonas desde las que serán visibles las turbinas eólicas.

3. PRINCIPIOS PAISAJÍSTICOS

Este capítulo identifica los principales efectos de los parques eólicos sobre el paisaje en el sentido del Convenio Europeo del Paisaje, es decir, el paisaje natural, visual y vivido. Las categorías de efectos se describen en las secciones siguientes.

3.1 Escala, ritmo y coherencia de las unidades

El paisaje puede dividirse en unidades de paisaje. Se trata de unidades de paisaje claramente delimitadas y homogéneas en cuanto a topografía, uso del suelo y estructura del paisaje. Una unidad puede ser muy grande, sobre todo en zonas bajas, o muy pequeña (en zonas montañosas y accidentadas). En el caso de las unidades pequeñas, las vistas son variadas y los horizontes están cerca. Una zona con unidades pequeñas impone cambios continuos en la morfología y las vistas. La geomorfología del territorio es uno de los factores clave del paisaje. Define la secuencia de estructuras y determina la homogeneidad o falta de homogeneidad del paisaje. Un paisaje muy accidentado ofrecerá una gran diversidad de vistas a 365°, todas diferentes entre sí. Un paisaje muy homogéneo, en cambio, es menos variado y estará conformado principalmente por las estructuras vegetales y edilicias. Los elementos estructurantes del paisaje (bocage, pueblos, carreteras, catastro, etc.) constituyen, junto con la geomorfología, la base de la identidad del paisaje. Por lo tanto, estos son, naturalmente, los aspectos más importantes que hay que tratar a la hora de ubicar las turbinas eólicas.

En el análisis, se deben identificar y describir las líneas topográficas y estructurales del paisaje. Esto determinará qué elementos fuertes deben ser preservados o apoyados por el emplazamiento de los aerogeneradores con el fin de mantener el valor del paisaje o desarrollarlo de manera coherente. Las turbinas eólicas tienen un efecto significativo en el paisaje debido a su tamaño. A menudo son mucho más grandes que los componentes del paisaje existentes o son visibles más allá de una sola unidad de paisaje. La planificación del paisaje debe tener en cuenta la geomorfología y sus proporciones, así como la disposición de las estructuras, para evitar que los aerogeneradores borren, dominen o perturben las características del paisaje. Por lo tanto, los aerogeneradores deben encajar en espacios homogéneos y evitar las zonas accidentadas con muchos cambios de morfología, así como las zonas densamente estructuradas por varios componentes. Además, los rasgos geomorfológicos o estructurales deben destacarse o conservarse en función de su tamaño y valor de identidad. También es importante que las turbinas eólicas se coloquen al ritmo de la geomorfología y las estructuras del paisaje. Todos estos principios se aplican tanto a pequeña como a gran escala, dependiendo de la situación. Por ejemplo, una carretera puede considerarse un elemento estructurador lineal importante, al igual que un río en un valle. En general, un paisaje amplio y llano con horizontes lejanos es más favorable para la inserción de aerogeneradores que un paisaje de colinas o montañas. A continuación se presentan algunos ejemplos esquemáticos relacionados con la geomorfología y las estructuras del paisaje.

3.2. Respeto de las líneas de fuerza

El paisaje tiene líneas de fuerza (ríos, carreteras, ejes de valle, crestas) que desempeñan un papel importante en la coherencia de un paisaje. A menudo se trata de elementos que han influido en el conjunto del paisaje a lo largo de los siglos o, en el caso de las infraestructuras, que se han adaptado a las limitaciones naturales y morfológicas. El emplazamiento de los aerogeneradores debe resaltar estas características en lugar de borrarlas.

Figura 1: Ejemplos de emplazamiento de aerogeneradores a lo largo de una línea de fuerza o de un elemento estructurante. Aquí un camino

3.3. Proporción y ritmo

Si los aerogeneradores se colocan a ambos lados de un punto alto, uno de ellos debe situarse también en la parte superior del punto alto para evitar que le hagan sombra los otros dos aerogeneradores (figuras 2 y 3).

Figura 2: Diagrama esquemático del emplazamiento de los aerogeneradores cerca y en un punto elevado. Evitar la difuminación visual de las escalas del paisaje

Figura 3: Situación de emplazamiento que debe evitarse. Las proporciones de la morfología natural se borran

En los terrenos accidentados, deben utilizarse los mismos tamaños de turbina en todo el emplazamiento y las máquinas deben adaptarse al terreno (figuras 4 y 5). También hay que evitar que los aerogeneradores no respeten las formas morfológicas desde un punto de vista debido al efecto de perspectiva.

Figura 4: Diagrama esquemático del emplazamiento de los aerogeneradores en zonas de morfología irregular. Es importante intentar seguir los movimientos del suelo con los aerogeneradores y reproducir los movimientos existentes

Figura 5: Ritmo paisajístico impuesto por la topografía: La línea discontinua amarilla simboliza la línea del horizonte que deberían seguir las turbinas desde un punto de vista determinado en el estudio del paisaje. Se trata de respetar el ritmo impuesto por la topografía. Fuente: Natura biologie appliquée Sàrl.

Los aerogeneradores no deben ser tan altos como la cresta en la que se encuentran, para no perturbar las escalas del paisaje impuestas por su morfología. Lo ideal es que la cresta sea el doble de la altura de la turbina prevista (figuras 6, 7 y 8).

Figura 6: Diagrama que muestra las proporciones de altura entre un aerogenerador y la altura de una cresta

Figura 7: Aerogeneradores en una cresta baja (Fuente: Natura biologie appliquée Sàrl.)

Figura 8: Aerogeneradores en una cresta con una altura muy superior a la de los aerogeneradores (Fuente: Natura biologie appliquée Sàrl.)

Los efectos ópticos, como las vistas de bajo ángulo, aumentan el tamaño de los aerogeneradores. Los aerogeneradores deben colocarse dentro de los límites de las líneas de pendiente existentes para evitar los efectos del ángulo bajo (Figura 9).

Figura 9: Aerogeneradores en la cima de una cresta. Esquema del emplazamiento de un aerogenerador en una cresta. Evite situarse en el borde de la meseta para reducir la impresión de aplastar al espectador desde la llanura.

3.4. Covisibilidad y saturación

A menudo se menciona el atractivo de las turbinas eólicas para el público, ya que son nuevas y simbolizan la producción de energía sostenible. Sin embargo, se puede llegar a un nivel de saturación en el que los aerogeneradores dejen de ser una atracción y se conviertan en una molestia para el público, si se ubican demasiados parques eólicos en una región y son visibles desde un mismo lugar. En un eje de visión determinado, los aerogeneradores son dominantes y ocupan mucho espacio. Si hay aerogeneradores en todos los fotogramas o ejes de visión, esto puede provocar una sensación de saturación o cansancio en el espectador. Por lo tanto, la planificación de un nuevo parque eólico en una región debe tener en cuenta los problemas de covisibilidad. El objetivo es identificar las zonas desde las que serán visibles varios parques eólicos. Las zonas con una alta concentración de asentamientos, las zonas turísticas de gran calidad paisajística o los miradores especiales no deben estar en una situación de covisibilidad de varios lugares. El análisis de covisibilidad no debe realizarse sólo para los lugares situados a la misma distancia de un mirador, sino que debe tener en cuenta todos los parques del área de estudio definida al principio del mismo. Los rastreos de visibilidad de los aerogeneradores son muy útiles para este análisis. El término covisibilidad también se utiliza a veces para describir la visibilidad simultánea de un aerogenerador y otro elemento del paisaje, por ejemplo una torre de iglesia.

3.5. Paisajes especiales

El término « paisaje especial » se refiere a todas las áreas con un estatus legal especial, donde los aspectos paisajísticos tienen una importancia primordial. También pueden ser zonas que no tienen un estatus legal específico, pero que son reconocidas por sus cualidades paisajísticas, por ejemplo, un hito regional o una zona turística con paisajes especiales. A la hora de planificar un parque eólico, ya no debería plantearse la cuestión de los paisajes especiales. La exclusión de las zonas paisajísticas debería tener lugar en la fase de ordenación del territorio. En la ordenación del territorio, es importante definir qué paisajes deben ser excluidos o mejorados por las turbinas eólicas. Esta elección debe basarse en los criterios definidos en el análisis del paisaje. En general, y para evitar conflictos de intereses posteriores, deben excluirse los paisajes que estén protegidos legalmente. Las zonas de la red Natura 2000 son un ejemplo de zonas que deben evitarse. Esto también se aplica a las zonas sin estatus de protección especial. Sin embargo, si la inserción de aerogeneradores parece compatible con la zona, hay que hacer un gran trabajo de justificación y comunicación. Es el proyecto paisajístico el que debe justificar el emplazamiento de los aerogeneradores o no. La comunicación se realiza describiendo todo el proceso del proyecto, desde la fase de análisis hasta el resultado final propuesto. El aspecto patrimonial e histórico del paisaje, su rareza y su frecuentación por parte de la población son factores que deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar criterios de selección o exclusión. Además, hay que investigar los acontecimientos socioculturales y políticos que han tenido lugar en relación con la zona en cuestión. Este análisis puede revelar aspectos que no son visibles, pero que pueden ser un factor importante en el valor atribuido al paisaje por la población.

Por último, a la hora de analizar un paisaje particular o protegido, es necesario considerar toda la unidad de paisaje o área de visibilidad en la que se incluye el lugar protegido. La calidad o el carácter distintivo de una zona paisajística reconocida por la política puede extenderse más allá del mapa y formar un conjunto coherente con su entorno. Por lo tanto, el emplazamiento de un aerogenerador en las inmediaciones de la zona protegida puede tener tanto impacto como si estuviera situado dentro del perímetro. Por ello, se recomienda establecer zonas de amortiguación alrededor de paisajes particulares o protegidos. En general, es importante considerar el paisaje en su conjunto y no limitarse a excluir o seleccionar zonas definidas por un límite político.

3.6. Relación con las zonas edificadas

Esta sección se centra únicamente en los aspectos paisajísticos relacionados con las zonas edificadas. No se ocupa de aspectos como el ruido o las sombras. Sin embargo, es importante que estos dos elementos se traten con mucho cuidado y precaución. De hecho, un estudio que no aborde suficientemente estos aspectos corre el riesgo de generar numerosos problemas sociales durante la fase operativa. Los problemas de escala también se aplican a las zonas edificadas. Se trata de importantes elementos paisajísticos que atraen la mirada del espectador y suelen estar vinculados a las estructuras paisajísticas circundantes, formando así un conjunto coherente. En los paisajes homogéneos con horizontes lejanos, los edificios y los pueblos tienen una importancia estructural aún mayor que en las zonas montañosas. En comparación con un aerogenerador, un edificio, aunque sea grande, se vuelve insignificante y pierde su carácter llamativo en el paisaje. Desde un punto de vista analizado, un aerogenerador en el eje de un pueblo o edificio no debería estar a más de una altura del edificio en cuestión (figuras 10 y 11). Lo ideal es que la turbina eólica no se sitúe en la línea de visión de los puntos de vista importantes definidos en el análisis del paisaje.

Figura 10: Emplazamiento de los aerogeneradores: situación a evitar. Evitar el emplazamiento de los aerogeneradores en el eje de un pueblo o monumento aislado.

Figura 11: Edificios dominados por aerogeneradores: situación a evitar. Ejemplo de la difuminación de las proporciones de los edificios por los aerogeneradores. Situación que hay que evitar. (Fuente: Natura biologie appliquée Sàrl.)

También deben tenerse en cuenta las vistas desde una localidad hacia el espacio abierto. Deben evitarse las vistas desde las calles o plazas hacia el exterior de la localidad para no perturbar las perspectivas y proporciones definidas por los edificios existentes.

CONCLUSION

Al igual que otras grandes infraestructuras, las turbinas eólicas deben planificarse a la escala de la zona, aplicando los principios de la ordenación del territorio. Esta es la clave para una buena integración en el paisaje y, en consecuencia, para una coherencia global comprensible y aceptada por una gran parte de la población. Este informe sólo da las bases generales para una buena proyección del paisaje con turbinas eólicas. Todos los aspectos tratados deben estar más o menos elaborados en función de las especificidades del estado o región en cuestión. Para ello, se recomienda que las autoridades desarrollen sus propios criterios paisajísticos en línea con el Convenio Europeo del Paisaje, y que elaboren planes territoriales integrales para la energía eólica. En las zonas donde la energía eólica aún no está presente, la elaboración de planes integrales ayudará a anticipar muchos de los conflictos que son más difíciles de resolver cuando se presentan proyectos concretos a las autoridades encargadas de conceder los permisos. El intercambio de información y experiencia entre los Estados miembros y la solicitud de apoyo del Consejo de Europa son también muy importantes. De este modo, se podrá reforzar cuanto antes el conocimiento específico de las numerosas zonas afectadas por los aerogeneradores, que a veces sigue faltando.

Referencias